El miedo a volar en avión es un padecimiento muy frecuente. Se calcula que una de cada cuatro personas experimentan miedo a volar. Este miedo puede ir desde una ligera inquietud o preocupación a la hora de coger un vuelo, hasta una verdadera fobia a volar o también llamada aerofobia . Las personas que no pueden volar por miedo se encuentran muy limitadas dado el auge actual del transporte aéreo. Ven recortadas sus posibilidades de vacaciones, trabajo, viajes, etc.
Un problema en aumento
Algunos hechos recientes como los atentados del 11S o el avión estrellado en los Alpes incrementan el miedo a volar. Algunas personas susceptibles desarrollan aerofobia después de alguna catástrofe aérea. En general todos tenemos más «respeto al avión» después de acontecimientos de este tipo.
Síntomas y soluciones
El miedo se traduce en síntomas físicos como mareos, sudor, palpitaciones, malestar, diarrea, angustia, dolor en el pecho, etc. Todos síntomas de una activación del sistema nervioso provocada por el miedo que puede llegar a paralizar a una persona.
En el tratamiento para superar miedo a volar podemos utilizar la técnica de exposición progresiva, usada también en otras fobias. Mediante esta técnica se va exponiendo al sujeto cada vez más a la situación que le causa la fobia. Se empieza desde un simple viaje al aeropuerto, subir a un avión sin despegar, viajes muy cortos y se acaba con viajes largos. Es una técnica lenta, difícil (por la dificultad de exposición) y con resultados inciertos, aunque suele mejorar la fobia.
Esto debe acompañarse de terapia psicológica, medicación para la ansiedad, reestructuración cognitiva, etc. En los casos más leves bastan consejos como informarse de la seguridad de los aviones, pensar en positivo, técnicas de relajación, algún medicamento suave para la ansiedad, estar distraido durante el vuelo y, sobre todo, no debemos dejar que el problema se enquiste y vaya a más, para poder perder miedo a volar.